La depresión es un trastorno del ánimo resultado de un
desequilibrio químico en nuestro cerebro, pero a fin de lograr superarla más
allá del alivio de los síntomas no podemos obviar que también es un trastorno
psicosomático que se ha originado como producto de una emoción o vivencia muy
intensa, la cual en su momento no supimos cómo procesar, almacenándose en algún
lugar de nuestra mente inconsciente. Con el correr del tiempo, como la vida es
muy sabia, tarde temprano nos regalará las experiencias y las circunstancias
que necesitemos para que sanemos todo ese dolor que yace muy dentro de
nosotros. Puede ser a través de una ruptura amorosa, una pérdida económica o
algo que simplemente no salió como esperábamos y entonces se desencadena la
depresión.
En un post anterior, los invitaba a
reflexionar sobre el hecho de que una vez que sabemos que estamos deprimidos,
que lo nuestro no es una tristeza pasajera, a pesar de nuestra apatía y poca
voluntad, síntomas propios de la depresión…no debemos permitir que estos se
apoderen de nosotros y por lo tanto debemos pasar a la acción.
Como menciono en mi libro SANAR
ES UNA ELECCIÓN, para
superar la depresión hay que aprender a ver más allá del síntoma: “porque lo que se enferma no es el cuerpo,
es el alma, el cuerpo solo nos está mostrando los síntomas para que emprendamos
una acción”, invitándonos a sanar ese dolor que por mucho tiempo ha estado
almacenado en el inconsciente.
No existe fórmula mágica para superar la depresión,
pero producto de mi experiencia por más de diez años padeciéndola, y habiéndola
ya superado, quiero compartir contigo los cuatro aspectos claves que debes
tener en consideración para lograr tu propósito:
1. Descartar cualquier otra patología que pueda
confundirse con un trastorno depresivo o que pueda estar originando la
depresión. En el caso de las mujeres, hay desordenes hormonales que pueden
estarse enmascarando detrás de tu apatía y poca fuerza de voluntad, como por
ejemplo: alteraciones en la tiroides, prolactina alta, lo cual muchas veces
tiene que ver con la depresión postparto, por citar algunas.
2. Buscar ayuda médica, es decir acudir al especialista
indicado, en este caso un psiquiatra, para que te recete el tratamiento más
apropiado a tu caso. En este punto es importante que no te automediques, porque
la medicina que le resultó a tu amigo no necesariamente será buena para ti. Ni
tampoco porque vimos una publicidad donde anuncian que tal pastilla es buena
para aliviar los síntomas de la depresión, vamos a correr a la farmacia más
cercana a comprarla. Recuerda que estamos hablando de un desorden químico del
cerebro y cualquier dosis que no sea la requerida por tu organismo, puede
desencadenar un alud de efectos secundarios que no te puedes ni imaginar,
haciendo muy válido el dicho de “que fue
peor el remedio que la enfermedad”…y créeme, no querrás pasar por algo así.
3. Iniciar un
proceso de indagación acompañado de un psicoterapeuta, a veces el mismo
psiquiatra ejerce este rol. Este profesional te ayudará a conseguir el origen de tus síntomas. Recuerda que la
clave está en sanar ese dolor que se alojó en tu mente inconsciente y que ahora
está saliendo a la luz, convertido en depresión. En esta fase también
puedes ayudarte mucho con lecturas orientadas hacia el desarrollo personal y espiritual, esto hace que tu
cerebro se abra a nuevos conocimientos, permitiendo
que tu mente se expanda y te ayude a sanar al descubrir que sí hay vías para
dejar atrás el sufrimiento. También con esto le estás dando una señal
clara a tu inconsciente de que quieres sanar y él por sí mismo comenzará a
darte las respuestas.
En este punto te pido que no desistas. Aunque al principio te pueda
parecer que no estás avanzando mucho, ten paciencia, estos asuntos de la mente
no sanan de la noche la mañana. Lo importante de la terapia es que te permite
exteriorizar todos esos sentimientos que tienes contenidos desde hace mucho
tiempo. Cuando haces esto es como una especie de liberación, como quitarle el
corcho a una botella de champagne. En algunos momentos podrás sentir que tu
mente va a estallar, quizá te pongas ansioso, también te puede comenzar a doler
la cabeza, y muchas otras manifestaciones, pero calma, esto es parte del
proceso… ¡por favor no huyas!
4. La clave más
importante aunque la haya dejado para el final es lograr en ti un cambio de
actitud ante la vida, lo cual debe ir en paralelo con el tratamiento médico y
la psicoterapia. Esto es lo que llamo en mi libro:
“Principios para el Buen Vivir”.
Porque la idea es descifrar el mensaje de nuestra alma, y desde allí
sumergirnos en un verdadero proceso de sanación, que permita que nuestra
estabilidad física y emocional no dependa de nuestro entorno, sino de nuestra
capacidad de aceptación y resiliencia ante cada circunstancia que se nos presenta, por muy
dolorosa que esta pueda ser.
Esto te hará una persona mucho más fuerte emocional y espiritualmente
hablando, y de esta manera es poco probable que la depresión vuelva a
apoderarse de ti, porque habrás aprendido a reconocerla y a neutralizarla en el
momento en que llegue y te aseguro que más nunca dependerás de un medicamento,
ni de ninguna otra droga, para sentirte mejor y mucho menos para ser feliz.